FERIA DE MANIZALES
GESTACION Y ALUMBRAMIENTO DEL PASODOBLE.
JUAN ARTOLA.
Cap de la comissió “Un tall d’empastradors"
de Fòrum Catarroja.
Oscar Hoyos Botero y Roberto Cardona Arias, pilares de la creación sevillana de la “Feria de Manizales” y de su fiesta taurina, son los primeros en manifestar la necesidad de crear un himno dedicado a la Feria.
La primera idea pasaba por encontrar la música apropiada. Con buena lógica pensaron que el bambuco era el ritmo y la melodía de la tierra que mejor representaría y exaltaría las virtudes de la fiesta. Pronto se enzarzaron en la búsqueda del artista que lo hiciera realidad.
Paralelamente, Guillermo González Ospina (1913-1962), poeta nacido en tierras de Caldas y que vivió y trabajó la mayor parte de su vida en Manizales, escribía un poema dedicado a Manizales y su feria. También pensaba en musicalizarlo. También creía que el bambuco era el ritmo más apropiado.
Un día de 1954 y conocedor de lo que se pretendía, contactó y habló con Óscar Hoyos Botero para mostrarle su creación poética. Hoyos Botero, impresionado de lo que había leído, no tardó en informar y mostrar a Roberto Cardona Arias los versos de González Ospina, que también se emocionó por la belleza y estilo.
No tardaron en buscar a Luis Carlos González, el músico y compositor de Pereira más famoso de la región, al que le mostraron la letra que le llevaban para que le pusiera el ritmo de bambuco.
Su respuesta, después de leer y releerla, fue sorprendente:
La primera idea pasaba por encontrar la música apropiada. Con buena lógica pensaron que el bambuco era el ritmo y la melodía de la tierra que mejor representaría y exaltaría las virtudes de la fiesta. Pronto se enzarzaron en la búsqueda del artista que lo hiciera realidad.
Paralelamente, Guillermo González Ospina (1913-1962), poeta nacido en tierras de Caldas y que vivió y trabajó la mayor parte de su vida en Manizales, escribía un poema dedicado a Manizales y su feria. También pensaba en musicalizarlo. También creía que el bambuco era el ritmo más apropiado.
Un día de 1954 y conocedor de lo que se pretendía, contactó y habló con Óscar Hoyos Botero para mostrarle su creación poética. Hoyos Botero, impresionado de lo que había leído, no tardó en informar y mostrar a Roberto Cardona Arias los versos de González Ospina, que también se emocionó por la belleza y estilo.
No tardaron en buscar a Luis Carlos González, el músico y compositor de Pereira más famoso de la región, al que le mostraron la letra que le llevaban para que le pusiera el ritmo de bambuco.
Su respuesta, después de leer y releerla, fue sorprendente:
Caballeros, esta letra está espectacularmente hermosa. Pero les quiero decir una cosa. Manizales es, por esencia, por tradición, una ciudad taurina, muy española. Debe ser un pasodoble. Búsquense un experto en ese ritmo.
De acuerdo con este consejo, Hoyos Botero pensó que la persona indicada para ponerle ritmo de pasodoble era Agustín Lara. Y se fue a México para hablar con el maestro y compositor. Después de contarle el motivo de su visita, Lara pensó viajar a la ciudad para poderse compenetrar e inspirar y así cumplir con el encargo. Llegó en 1955 siendo recibido como la celebridad que era, pero lamentablemente y después de haberse comprometido, no compuso su trabajo.
La suerte quiso que el 4 de diciembre de 1955, la ya famosa banda española y valenciana El Empastre de Catarroja se encontrara en Bogotá. Habían actuado con gran éxito en la plaza de toros La Santamaría.
Hoyos Botero habló con Don Alberto Arango Restrepo, director de la Oficina de Fomento y Turismo de Manizales, para que lo autorizara a desplazarse a la capital y contactar con la agrupación cómico-taurina y musical y estudiar la posibilidad de poner música de pasodoble a la letra de González Ospina1. Recibido en Bogotá por José Almarche Alapont y Alberto Muñoz Daroqui, apoderado y director musical de la banda respectivamente, pronto les contagió con su entusiasmo de la idea que llevaba. De toda la plantilla de la banda, el músico que poseía estudios superiores recientes, dominaba varios instrumentos y demostraba grandes aptitudes musicales era Juan Marí Asins (Catarroja 1929-2006). Llamado por los directivos y valorada positivamente la propuesta, se le hizo entrega de la letra para que se pusiera a componer (2) la música. Al leerla, el joven trombonista de la banda, quedó impresionado por la belleza, cadencia y musicalidad de sus versos, elementos que le facilitaron la inspiración melódica del que se convertiría con el tiempo en uno de los pasodobles más emblemáticos de la fiesta brava.
Y una vez terminada la tarea se la entregó al director Muñoz Daroqui, quien reunió al resto de los músicos de El Empastre, y proceder en los diferentes ensayos de la banda al ajuste de la pieza musical. Era la primera vez que escuchaban salir de sus instrumentos una maravillosa melodía, recientemente creada, que a todos sorprendía y deleitaba. (3)
Fueron invitados a Manizales, y el 26 de enero de 1956 fue estrenado en la Plaza de toros el pasodoble “Feria de Manizales”, interpretado oficialmente y por primera vez por la Banda El Empastre de Catarroja.
Letra completa de FERIA DE MANIZALES de Guillermo González Ospina.
Fiel surtidor de hidalguía, Manizales rumorosa,
bajo tu cielo de rosa canta el viento su alegría.
Tan dulce es la tiranía de tu belleza preclara,
que antes de que yo te amara, mi corazón te quería.
¡Ay! Manizales de malva; ¡ay!, Manizales de ensueño,
con los zafiros del alba borda su ofrenda mi sueño.
¡Ay! Manizales de plata; ¡ay!, Manizales de armiño;
prende a tu cuello de nácar el collar de mi cariño.
Toro de pena y desvío sobre el redondel sonoro;
fingen caracolas de oro las “Carretas del Rocío”.
Toda la feria es un río de júbilo y azucena
y el sol cierra su faena con banderillas de estío.
¡Ay! Manizales de malva; ¡ay!, Manizales de ensueño,
con los zafiros del alba borda su ofrenda mi sueño.
¡Ay! Manizales de plata, ¡ay!, Manizales de armiño;
prende a tu cuello de nácar el collar de mi cariño.
Cuando la tarde congrega sus claveles de verano,
El Ruiz con perlas ufano, teje guirnaldas de entrega.
Y cuando el sol se doblega sobre el paisaje ambarino,
alfombras de solferino sobre tus callados riega.
¡Ay! Manizales de malva; ¡ay!, Manizales de ensueño,
con los zafiros del alba borda su ofrenda mi sueño.
¡Ay! Manizales de plata, ¡ay!, Manizales de armiño;
prende a tu cuello de nácar el collar de mi cariño.
¡Ay! Manizales de miel; ¡ay!, Manizales de arrullo,
para el nardo de tu piel, pule abanicos mi orgullo.
1Según los apuntes de Juan Marí, El Empastre, concretamente su apoderado Sr. Almarche, había recibido nota de Manizales en la que se le informaba de sus pretensiones y solicitaban la posibilidad de la composición del pasodoble.
2 En la enfermería de la plaza de toros de Bogotá, donde guardaban los instrumentos.
3 Según cuenta Pascual Peris Chirivella, músico de la banda, se recibió en Catarroja carta de Bogotá de Juan Marí que recogía los acordes melódicos del pasodoble con una petición muy especial: que el joven Peris Chirivella, con el acordeón, los interpretara dedicándolos a la futura esposa del compositor, Elvira Mayo.
DOCUMENTACIÓ CONSULTADA
De Espanya…Sevilla. De América…Manizales. 60 años de la fiesta brava.
Carlos Arboleda González. Fusión Comunicación Gráfica S.A.S. Diciembre 2014. Manizales-Caldas-Colombia
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