LA BANDA EL EMPASTRE POR LAS NUBES



JOSÉ ALMARCHE ALAPONT
Transcrit per Juan Artola.


    La Societat ABC de Catarroja editava i publicava regularment una revista amb col·laboracions dels socis i en relació amb els esdeveniments rellevants del moment. Ruta, que aixina s’anomenava, tenia caràcter mensual i en l’exemplar del mes de setembre de 1955, dipositat a la Biblioteca Municipal de Catarroja, apareix un article que, donada la seua particularitat, tot seguit transcrivim.1
   Fue al despegar del aeródromo de Santa María de las islas Azores. El viaje desde Barajas a esta isla portuguesa había sido bueno.Salimos de Madrid a las nueve y cuarenta, pasamos por encima de Lisboa dos horas después, y poco antes de las cinco de la tarde tocábamos tierra en la Azores.
  Al abandonar esa isla, los anuncios luminosos del cuatrimotor nos ordenaron: «NO FUMAR. APRETARSE LOS CINTURONES». El avión, apenas despegar, pareció precipitarse al océano.
   ¿Exceso de carga? 
  De las cincuenta butacas del avión, solo treinta hallábanse ocupadas, las otras veinte habían sido suprimidas para acondicionar el instrumental y los equipajes, así es que este peso reemplazaba al de diez pasajeros. 
   Temerosos, nos miramos unos a otros. Expectante silencio hasta que renació la tranquilidad, pues el cuatrimotor levantó la cabeza y se elevó a las alturas. 
   ¡Bravo por el avión, fletado exclusivamente para nuestra banda! Reparto de chicles, caramelos y cigarrillos americanos por los camareros (no había azafatas), cigarrillos que no nos hicieron mucha gracia, pues en aquel momento el anuncio luminoso nos asustaba con el «NO FUMAR. APRETARSE LOS CINTURONES».
   ¿Qué pasa?¿Otra vez?
   Algo inesperado. Rápidas subidas y bajadas del avión que se enfrentaba con una pavorosa tormenta de lluvia y relámpagos, muy poco agradables para un viaje nocturno. La cosa parecía seria.
  Pasaron unos momentos, demasiado largos; mas el avión sin amilanarse, embistió bravamente taladrando las nubes hasta dejarlas rendidas y a sus plantas. 
   Y he aquí la banda de El Empastre por las nubes... como hemos anotado en el epígrafe de estos  ligeros apuntes.
    Después, volamos con monótono ritmo en lo más alto de un cielo despejado, mientras que allá abajo se extendía una superficie nubosa, ligeramente acolchada en la que la luz de la luna dibujaba los relieves de un montuoso panorama.
    Cruzando meridianos, llegamos al aeropuerto de Gander (Canadá) entre las diez y once de la noche. Entramos en el restaurante, en el que se veía un dilatado mostrador en forma de herradura capaz para unos sesenta comensales. No nos apetecía la comida, pues los repetidos avisos de apretarse el cinturón nos habían quitado el apetito. Y eso que el aviso luminoso nos hablaba en inglés, pero nosotros estábamos en el secreto de la traducción.
    De todos modos, debimos de pasar por momentos de peligro, según se desprendía de la inquietud reflejada en las caras del personal al servicio del avión.
    Aún no habían transcurrido dos horas cuando de nuevo tomábamos el aparato y, poco tiempo después, ante nosotros se presentaba el inmenso tendido de luces de Nueva York.
    Aterrizamos. Visado de pasaportes y, durante su tramitación, en la sala de espera, nos invitan a un suculento refrigerio con la novedad de que las viandas se presentaron con platos y cucharitas de cartón.
    Sobre las siete y media del día 17 salimos de Nueva York para Curasao. Soberbio salto por la costa oriental de las Américas: México, Guatemala, San Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, etc. y las islas de Cuba y Santo Domingo: retoños emancipados de nuestra querida patria, que siguen comunicándose entre sí con la lengua de Cervantes.
    El calor de la zona ecuatorial llega a nosotros a medida que vamos dejando atrás los paralelos.


Vaixell Castel Verde. Març de 1955, de tornada cap a casa. Document de Pascual Quiles.

    Reparto en el avión de raciones de jamón, queso holandés, vasos de leche, membrillos y fresas, y por fin Curasao a la vista.
    Y ya en el continente que Colón descubrió en su tercer viaje, respiramos a nuestras anchas. Son las ocho de la noche; mucho calor en el restaurante, y a nuestro alrededor, gentío de todas razas y colores.
    Otro saltito más hasta Barranquilla (Colombia) y aquí nos despedimos del avión (KLM, compañía Holandesa. Schiedam-LBS-DC 4) por finalizar su cometido con El Empastre.
    Una vez en el continente meridional será necesario abandonar la narración cronológica, ya que el ajetreo de tantas idas y venidas son capaces de marear al más experto navegante. Juzgad por el boletín que intercalo.

Segundo viaje a las Américas de la Agrupación Musical «El Empastre»

Catarroja. Salida, 14 de octubre de 1954
Motilla del Palancar (Cuenca)
Madrid
Barajas (Madrid), aeropuerto
Islas Azores (aeropuerto de Santa María)
Gander (Canadá) aeropuerto
Nueva York, aeropuerto Alewid
Curaçao, aeropuerto (colonia holandesa)
Barranquilla (Colombia), dto. Atlántico
Bogotá, ídem, ídem, Cundinamarca
Zipaquirá, ídem, ídem, ídem
Bogotá, ídem, ídem, ídem
Medellín, ídem, ídem, Antioquía
Palmira, ídem, ídem, El Valle
Cartago, ídem, ídem, ídem
Palmira, ídem, ídem, ídem
Pereira, ídem, ídem, Caldas
Buga, ídem, ídem, El Valle
Cali, ídem, ídem, ídem
Armenia, ídem, ídem, Caldas
Cartago ídem, ídem, El Valle
Armenia, ídem, ídem, Caldas
Ibagué, ídem, ídem, Tolima
Giradot, ídem, ídem, Cundinamarca
Bogotá, ídem, ídem, ídem
Salida para Venezuela, el 11 de enero de 1955
Croquis de la ruta del viatge, l'anada i tornada.
Chocotá (Colombia), dto. Bocayá
Susacon, ídem, ídem, Santander
Soatá, ídem, ídem, ídem
Málaga, ídem, ídem, ídem
Chitagá, ídem, ídem, ídem
Frontera con Venezuela

VENEZUELA
Puente internacional. Dto. Táchira
San Antonio, ídem, ídem
Colón, ídem, ídem
Por carretera Panamericana en construcción,
muy mal piso
Minas de Menay. Dto. Trujillo
Barquisimeto, ídem, Lara
El Palito, ídem, Carabobo
Caracas, ídem, Federal
Maracay, ídem, Aragua
Caracas, ídem, Federal
Barquisimeto, ídem, Lara
Caracas, ídem, Federal
La Guaira (Puerto), ídem, ídem
Curasao (Willemstad), colonia holandesa
Barcelona, España
Valencia, ídem
Catarroja, llegada el 22 de marzo de 1955

Los éxitos obtenidos en los diversos ruedos de América pueden contarse por el número de actuaciones.
    Observando el fervor y la ardorosa emotividad con que colombianos y venezolanos nos aplaudían, se podía adivinar fácilmente nuestra hermandad de raza.
    Y hoy, al preguntarme un periodista cuál ha sido la impresión más grata de mi viaje al Nuevo Mundo, hube de contestar sin titubeos: «La impresión más profunda tuvo lugar a mi regreso, en el balcón del ayuntamiento de mi pueblo».
    El recibimiento a nuestra banda fue apoteósico. Desde el balcón se contemplaba la plaza repleta de paisanos. Sin vacíos ni en los ángulos, ni en las bocacalles. Cabezas apiñadas, cabezas temblorosas como corazones. Y si el mío en aquellos instantes hubiera podido expresar lo que sentía, les hubiera hablado de esta manera:


Gracias, muchas gracias por vuestro esplendido recibimiento; mas permitid que os diga que el aplauso dirigido a vuestra Banda va también dirigido a vosotros mismos. Porque mientras todos y cada uno de vosotros sois los elaboradores del buen humor y de la alegre comicidad, nosotros solamente somos vuestros modestos intérpretes. Porque mientras todos y cada uno de vosotros sois los fabricantes del folklore catarrojense con sus alegres canciones y sus algaradas callejeras, nosotros somos los exportadores de vuestra alegría y de vuestra enjundia musical.Por ello, cuando nuestra Agrupación Musical cubre su rostro con el maquillaje de la caricatura, sabemos que bajo este maquillaje solo existe una autentica personalidad: la personalidad de Catarroja.

Almarche (José Almarche Alapont, músic fundador i apoderat general de la banda des de 1941-1965)

1Agraïm l’aportació del material a Ramon Guillem, cap de la nostra biblioteca.

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